Por lo general, es posible hacer frente por sí mismo a los daños cutáneos tras una quemadura solar. A continuación te indicamos algunas medidas que te ayudarán.
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Escóndete del sol
Si notas que te empieza a picar, tienes que meterte en casa o en la sombra lo antes posible. De este modo, reducirás la cantidad de luz UV que te afecta y no te harás más daño.
Además, evitar la luz solar intensa es una buena idea hasta que tu piel esté completamente curada.
Enfría y calma la piel
Moja un paño o toalla con agua fría y aplícalo sobre las zonas afectadas. En lugar de compresas húmedas, puedes utilizar loción de calamina o geles de aloe vera. No acelerarán la curación de las lesiones, pero no causarán daño, y para algunas personas pueden ser más cómodos de usar que las lociones.
También puede darse un baño o una ducha fría. Esto aliviará el picor y el posible dolor.